Introducción a Las Bolsas de Valores
La existencia de agentes económicos (tanto
empresas como individuos) con necesidades de financiación para acometer
proyectos por un lado, y con un excedente de capital por otro, justifica el
desarrollo de un sistema financiero que permita canalizar el ahorro hacia la inversión.
De ello se encargan la intermediación bancaria y los mercados de valores.
Efectivamente, las empresas necesitan recursos
financieros tanto a la hora de comenzar su actividad como en la puesta en
marcha de nuevos proyectos. Para obtener dichos recursos, cuentan con
diferentes alternativas:
- Aportaciones de los
socios al capital social en el momento en que se constituye la sociedad y/o
con posterioridad en ampliaciones de capital. Los accionistas esperan
obtener un rendimiento de su inversión tanto vía dividendos como por el incremento
del valor de la empresa de la que son socios.
- Emisiones de deuda.
La empresa emite activos de renta fija que los inversores compran ante la
promesa de que se les pagará periódicamente un tipo de interés y al final
del periodo de vida del activo se les devolverá el dinero prestado. En
función del riesgo que se perciba de que la empresa quiebre o no durante
la vida del activo habrá que pagar un mayor o menor tipo de interés. Por
eso este recurso suele ser utilizado por empresas grandes y solventes.
- Solicitud de un
préstamo a una entidad financiera. Requiere la devolución del principal y el
pago de unos intereses, por lo que dependiendo del método de amortización acordado,
el coste de la financiación será mayor o menor. Las empresas de nueva
creación no tienen posibilidad de emitir deuda y deben pedir préstamos
para acometer sus proyectos, siendo ésta con diferencia la financiación
más cara[i].
Es tarea del responsable financiero de
cualquier empresa que quiera acometer nuevos proyectos planificar su
financiación analizando tanto el coste como el retorno que se espera obtener.
En términos generales y simplificando un poco, se deberán llevar a cabo los siguientes
cálculos:
- WACC (Weighted Average Cost of Capital):
resultado de sumar el coste de los recursos propios y ajenos ponderados
por sus respectivas proporciones en la financiación final del proyecto. El
coste de los recursos propios vendrá determinado por la rentabilidad que
espera el accionista y el de los recursos ajenos por el tipo de interés a
pagar, bien por la emisión de deuda o bien por el préstamo solicitado.
- ROI (Return On Investment): retorno
esperado de la inversión.
Lógicamente el proyecto se acometerá siempre
que el ROI sea mayor que el WACC.
Por todo lo anterior las bolsas de valores
cumplen una importante función en el desarrollo financiero de una economía al
permitir la emisión tanto de acciones como de activos de deuda. Entre las muchas
funciones de la bolsa dos son las fundamentales:
- Promover el
ahorro y que éste sea canalizado hacia la financiación de la economía.
- Proporcionar
liquidez a los inversores.
La bolsa como institución garantiza la
seguridad jurídica y económica de las transacciones que en ella se llevan a
cabo y suministra la información oficial de precios, siendo sus principales
características:
- Mercado perfecto, ya que cumple los tres requisitos básicos:
ningún operador tiene capacidad de influir en los precios, cualquier
participante tiene el mismo acceso a la información relevante y cada
inversor conoce siempre el mejor precio que se puede comprar y al que se
puede vender.
- Mercado libre: jurídicamente
es una institución regida por una sociedad anónima en la que el Estado
sólo ejerce funciones de supervisión.
- Mercado transparente: todo el público
tiene posibilidad de conocer todas las propuestas de negocio existentes.
- Mercado eficiente: la nueva
información de la que se dispone se refleja inmediatamente en el precio.
[i] Algunos organismos
autonómicos y estatales conceden préstamos en condiciones ventajosas para
empresas de nueva creación y jóvenes empresarios.